- En qué piensas, di-
Al tiempo que las miradas se posaban una, y otra, y otra vez sobre las palmas de las manos. Qué piensas, qué piensas...
- En que no entiendo la brevedad de lo bueno, que ni breve, ni dos veces bueno; solo quiero del tiempo, que me ceda lo necesario de si mismo para poder llenar mi particular botella de cristal...-
" No espero que el tiempo me enseñe cómo hablar, solo la manera de entender la palabra de los hombres".