¿Alguna vez imaginaste a ese niño? En el fondo siempre lo viste caminando a ciegas por el bosque, de árboles viejos y ramas retorcidas, buscando al genio de la lámpara, buscando la respuesta a sus respuestas, preguntas de preguntas. Y apareció, en el momento en el que los primeros rayos de sol comenzaban a filtrarse entre las persianas, ¿es hora de despertar? No, es hora de que empieces a soñar, ¿has soñado alguna vez?, creo que no, - pero es que no tengo que soñar, no tengo en que pensar, no tengo- espera, ¿qué te falta en esta vida, niño?, si has tenido el privilegio de amar, has tenido el privilegio de sentir el dolor, la traición, la amistad, la euforia, …--silencio, tan solo se escucha el viento jugar con las ventanas-, lo único que jamás tuviste fue la vista que acabas de adquirir para darte de cuenta de que tenias una enorme venda en los ojos—no hablaba, solo respiraba, repasaba, admiraba, la miraba, y cada segundo en sus ojos eran grados de calor en el pecho, caminando hacia lo prohibido, hacia el miedo, ¿ CAPAZ?, y riendo a carcajadas el niño contestó- CAPAZ.
….” Como decirte que me has ganado poquito a poco
tu que llegaste por casualidad, como hablar.”
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